Chile decretó hoy el “estado de catástrofe” por 90 días, una herramienta constitucional que le da poderes reforzados al presidente. El anuncio de Sebastián Piñera, cuyos índices de popularidad son infimos, llega en el contexto de un país que, con la excepción de Brasil, es el más afectado en Sudamérica por la crisis del coronavirus.
“He decretado estado de excepción constitucional de catástrofe en todo el territorio nacional”, dijo Piñera al anunciar la medida en el Palacio de La Moneda. “Esta medida permite restricción de reuniones, asegurar la distribución de servicio, asegurar la reserva de alimentos, establecer toques de queda y limitar el tránsito y locomoción de personas”, añadió.
Las cifras oficiales hasta la noche del martes hablan de 238 casos de Covid-19 en el país, la mayoría de ellos concentrados en el área metropolitana de Santiago. Según “El Mercurio”, el “estado de catástrofe se decreta producto de situaciones de una magnitud tal que genere un grave daño al normal funcionamiento de la vida social y la economía, afectando significativamente a personas o bienes dentro del territorio nacional”.
Ese “estado de catástrofe” permite restringir libertades de locomoción, reunión y derecho de propiedad. Permite también requisar bienes y “adoptar todas las medidas extraordinarias de carácter administrativo que sean necesarias para el pronto restablecimiento de la normalidad”.
La Bolsa de Santiago reaccionó hoy con una caída del ocho por ciento, en tanto que la empresa aérea Latam, afectada por el cierre de fronteras decidido días atrás por el gobierno, perdió un 50 por ciento de su valor bursátil.
En su discurso, Piñera enfatizó que con las medidas busca anticiparse a los sucesos: “Queremos prepararnos para las etapas que vienen en esta pandemia y dar mayor seguridad a nuestras hospitales y todos los sitios de atención de salud; proteger la cadena logística y traslado de insumos médicos; facilitar el cuidado y traslado de pacientes, personal médico y la evaluación de personas; resguardar el cumplimiento de las cuarentenas y medidas de aislamiento social; garantizar la cadena de producción y distribución para asegurar el normal abastecimiento de la población y proteger y resguardar mejor nuestras fronteras”.
Piñera llega exhausto políticamente a la crisis del coronavirus. La insurrección social que estalló el 18 de octubre del año pasado tiene a la sociedad en un clima de profundo descontento, a lo que ahora se suma el temor por la pandemia mundial. Chile debía celebrar el 26 de abril un plebiscito para dar forma a una nueva Constitución, pero las diversas fuerzas políticas ya acordaron postergar la votación, aunque sin definir una nueva fecha.