Un grito de dignidad que cambió la historia de Oriente Próximo y el Magreb

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Nadie imaginó que el acto solitario y desesperado de un joven vendedor ambulante inspiraría a millones de personas con ansias de dignidad y libertad. Hace una década, Mohamed Buazizi se quemó a lo bonzo en un pueblo del interior de Túnez llamado Sidi Bouzid. Fue un último gesto de protesta contra la arbitrariedad de la policía, contra la corrupción de un régimen que ahogaba a su gente, contra la falta de oportunidades. Fue un grito de rabia que enseguida contagió a todos los humillados de Orient