El lazo atávico entre España y Turquía se revela una tarde otoñal en un tranvía de Estambul. Entre Gülhane y Sultanahmet, un anciano turco entrajado, alto y encorvado, se aproxima a dos jóvenes parlanchines. Le llama la atención su tono elevado y su idioma, que le retrotrae al viejo las nanas de mama. “‘Vozotrosson’ españoles, ¿verdad?”, les pregunta él, con un destello en la mirada. “¡Yo también! ¡De León!”.

La añoranza de Sefarat, transmitida de padres a hijos sefardíes, es la huella española m