Wopke Hoekstra, el enemigo de los coronabonos que puede arrebatar el poder a Mark Rutte

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A sus 44 años, dos metros de altura y un lenguaje intelectual hasta para hablar de números, Wopke Hoekstra parece no haber roto un plato en su vida. Gestiona como nadie las cuentas de Países Bajos, y no es fácil convencerle para soltar un euro de las arcas del Estado. Con una sonrisa seria pintada siempre en el rostro, deambula por su ministerio con aspecto preocupado. Y más estos días, en los que carga con el peso de haber colocado a la sociedad holandesa como la apestada de la UE por el rechaz