Hace 11 años una aplicación en el móvil cambió para mucha gente la forma viajar por carretera. Blablacar había nacido sólo un año antes en Francia y enseguida se popularizó entre los estudiantes y quienes tenían familiares o residían en zonas donde no llegaban las líneas de tren o de autobús.
El servicio consistía en poner en contacto a un conductor que tenía que viajar a un determinado lugar con alguien que quería ir a ese destino y no tenía coche. Al principio fue una forma más cómoda de viajar, después también más flexible y económica, pero con la misma seguridad y fiabilidad que un transporte colectivo. Actualmente está presente en 22 países y en España tiene seis millones de usuarios. Además, el año pasado lanzó Blablablus, donde lo que se comparte es un autocar.
Consolidada como la aplicación estrella para viajes compartidos de medias y largas distancias, la compañía ultima una vuelta de tuerca al transporte particular con un servicio para todos los días. Por eso se ha llamado simplemente Blablacar Daily.
Hasta 1,5 millones de usuarios
Adrien Tahon (Montpellier, Francia, 31 años) es el director general de esta división, un spin-off que surgió con muy buenos augurios hasta que llegó la pandemia en 2020. La idea inicial era muy coherente. En Francia circulan cada día 14 millones de automóviles que van y vuelven del trabajo sólo con el conductor, en España unos 11 millones. Esto supone contaminación, atascos y un coste de entre 1.000 o 2.000 euros al año para cada coche.
«Arrancamos a mediados de 2018 y en septiembre de 2019 cuando terminamos de adaptar la aplicación y hacer ajustes, empezó a despegar y llegó a alcanzar los 1,5 millones de usuarios (aunque no lo usen todos los días), pero con la crisis sanitaria se paralizó», explica Tahon.
Ahora ha vuelto a despegar y las perspectivas son muy optimistas. Aunque hay más gente teletrabajando, también hay muchas personas que tienen que desplazarse desde su residencia al lugar de trabajo, se han ido a vivir fuera de las ciudades y prefieren no ir en transporte público por miedo a las aglomeraciones y los contagios. Tahon prevé que en septiembre en Francia se alcancen los 300.000 viajes ya que es, junto con enero, el mes con más movilidad en las ciudades y alrededores.
Blablacar Daily está creado para recorridos diarios de entre 25 o 30 km (ida y vuelta) y se utiliza, de media por la experiencia francesa, entre 10 y 30 veces al mes, frente a tres o cuatro veces al año el servicio clásico. La experiencia ha demostrado que se producen grupos de las mismas personas y la empresa está trabajando para que la aplicación facilite la creación de esos grupos.
Llegada a España a lo largo de 2022
El servicio llegará a España el próximo año, sin fecha concreta. «Es el segundo país para la compañía, tras Francia, pero hay que buscar el mejor momento». Además, están pendientes de que se defina la legislación española sobre transporte compartido. En Francia, sobre todo en las zonas más próximas a París, pero también en otras regiones, hay planes de ayudas para fomentar el coche particular compartido. Van para las empresas que lo impulsan y los dueños de los coches. A los pasajeros, el viaje puede salirles gratis.
Tras España el objetivo es implantarse en Alemania, «donde hay muchas ciudades grandes y muy pobladas» y en Brasil y Rusia. En estos países porque los transportes públicos están menos desarrollados.
Para Tahon, esta aplicación es una solución inteligente para reducir la contaminación y el tráfico. Y cree que, en los próximos años, «los modos de transporte no van a cambiar mucho, pero sí la forma de usarlos».
Blablacar se vio afectada también por la pandemia. Su actividad se redujo en todo el mundo un 30% en 2020 sobre 2019, también en España, donde la empresa emplea a 20 personas, pero desde el final del estado de alarma su actividad ha crecido ya un 50%.