Dos autopsias a italianos muertos por trombosis tras vacunarse marcan las pautas para reconocer los síntomas y tratarlos de inmediato
De dos estudios de autopsias italianas surge la confirmación “sobre el terreno” de los mecanismos subyacentes a la trombocitopenia inmune inducida por vacunas, o VITT: todo se origina en los anticuerpos que se unen al factor plaquetario 4 (PF4), el poderoso factor de activación plaquetaria, hasta ahora hipotetizado como posible causa y ahora encontrado de facto en los tejidos de las personas afectadas por la enfermedad. Los datos también confirman la extrema rareza de VITT y, sobre todo, la posibilidad de diagnosticarlo a tiempo y tratarlo para que no sea fatal.
Los estudios, publicados en Haematologica and Diagnostics, versan sobre un hombre de 50 años y una mujer de 37, ambos sometidos a autopsia después de morir por VITT en Sicilia en marzo. Los análisis confirmaron la presencia de una trombosis venosa muy extensa, pero también una respuesta inmune que condujo al proceso inflamatorio y daño vascular: la cascada de eventos después de la administración de la vacuna parte de la activación inmune que conduce a la formación de nuevos anticuerpos o activando los existentes contra el PF4; eso provoca una activación incontrolada de las plaquetas de la que deriva la trombosis venosa diseminada, con un sobreconsumo de las propias plaquetas y la aparición de hemorragia cerebral.
“Las pruebas en algunas muestras, realizadas por primera vez en estudios de autopsias, verifican y confirman el VITT y la presencia en el cuerpo de anticuerpos que se unen al PF4: estos complejos anti-Pf4 fueron identificados el mes pasado por británicos y alemanes, y nuestro estudio demuestra que son responsables de una extensa trombosis venosa en localizaciones atípicas como las venas del hígado, intestino y cerebro”, explica Paolo Zamboni, cirujano vascular de la Universidad de Ferrara que ha participado en las investigaciones junto al experto en coagulación del IRCCS Ca ‘Granda Ospedale Maggiore Policlinico di MIlanoPier Mannuccio Mannucci y a compañeros de las universidades de Catania, Foggia y Palermo. “La VITT, si no se diagnostica a tiempo, conduce a un consumo dramático de plaquetas que puede provocar hemorragias cerebrales fatales”.
Tres casos por millón
Los estudios confirman la correlación con la vacuna, pero enfatizan que la VITT puede reconocerse por síntomas de advertencia típicos como dolor de cabeza intenso, dolor en cuello y abdomen, dolor y/o hinchazón en las extremidades; si se sospecha, la enfermedad puede diagnosticarse mediante pruebas sencillas, como hemogramas con recuento de plaquetas y análisis en sangre de parámetros como el fibrinógeno y el dímero D.
Si hay confirmación, el diagnóstico oportuno permite intervenir y evitar lo peor con tratamiento con gammaglobulina intravenosa asociada al antiinflamatorio prednisolona y al antitrombótico fondaparinux.
“Los casos son muy raros, alrededor de tres por millón, y los resultados graves o incluso fatales se pueden evitar con un diagnóstico temprano y una terapia que ya está disponible”, subraya Zamboni, “saber con precisión lo que sucede es un gran paso adelante para reducir el clima de duda y vacilación que genera la noticia de los primeros casos de eventos adversos de vacunación: el conocimiento de los mecanismos de la enfermedad y la conciencia de la existencia de contramedidas válidas son elementos tranquilizadores respecto a la campaña de vacunación, que es la herramienta que nos permitirá superar la pandemia”.