“Ignoré las advertencias, crucé dos autonomías confinadas para ver a mi madre y casi contagio a mi familia”

Esta es la crónica de un error que acabó bien. Al fin y al cabo, es de esta clase de errores de los que se aprende y no de los que salen fatal. Porque en esos vas y te mueres, claro. Me creí lista y fui tonta. Arranqué orgullosa y regresé rendida.
Esta es una de esas historias pandémicas ya habituales en que la confusión se apodera de nuestros actos. Nos perturba. Por eso la cuento. Me empeñé en visitar a mi madre cuando no debía. Esta es la crónica de un corazón que subestimó peligros y de una

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